La tragedia de las lluvias, inundaciones y deslaves dejó al descubierto que Veracruz enfrenta las consecuencias de una mala planeación y presuntas irregularidades. De este modo, el estadio Luis “Pirata” Fuente, remodelado con mil 600 millones de pesos, se ha vuelto un “elefante blanco”, mientras el norte del estado padece la reciente contingencia.

El exgobernador Cuitláhuac García Jiménez destinó recursos a la obra que, según el Órgano de Fiscalización Superior (ORFIS), presentó irregularidades y un daño patrimonial de más de 160 millones de pesos.

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Antes de concluir la obra, el Congreso del Estado aprobó, a petición del exgobernador, García Jiménez, otorgar en comodato por 10 años la administración del estadio a CF Veracruzano S.A. de C.V., empresa registrada en 2022 por José Carlos Vives Gómez, junto con su hermano René Roberto Vives Gómez y su padre René Roberto Vives Vives.

El contrato exige que la compañía forme parte de la Federación Mexicana de Fútbol, pero Veracruz no tiene equipo, por lo que el comodato está en incumplimiento.

Aun así, la gobernadora Rocío Nahle García no ha retirado la administración a José Carlos Vives Gómez ni a CF Veracruzano S.A. de C.V., la cual, según versiones periodísticas, tiene vínculos con Andy López Beltrán.

La oposición exige una investigación a fondo sobre los Vives Gómez y Cuitláhuac García, al considerar el caso del estadio como parte de la “herencia maldita” que sigue afectando a Veracruz.

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