En el municipio de Fortín hay tres alcantarillas que parecen estar en una competencia silenciosa para ver cuál se desintegra primero, pero al estar ubicadas a mitad de la calle, en plena calzada Tlacotengo, el chiste se acaba rápido y el riesgo es real.
Aunque los vecinos intentaron poner orden colocando neumáticos como señalización improvisada, la advertencia resulta insuficiente y los automovilistas se ven obligados a hacer maniobras de alta precisión para no terminar dentro del drenaje.
Así pasan los días estas alcantarillas, firmes en su misión de causar problemas a quien se atreva a circular por la zona, mientras los habitantes esperan una pronta respuesta de Gerardo Rosales Victoria, presidente municipal de Fortín de las Flores, con la esperanza de que esta vez no se deje para mañana lo que se puede y se debe hacer hoy.
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