En la calle Morelia, de la colonia Progreso, la reparación de una alcantarilla terminó siendo un claro ejemplo de cómo no se debe trabajar. La soldaron, sí, pero sólo por partes: un tramo quedó fijo y el otro no.
El resultado es una tapa medio soldada, con maleza creciendo a su alrededor y que ahora suena como sonaja cada vez que pasa un vehículo, provocando vibraciones y posibles daños a las unidades.
Lejos de quedar resuelto, el problema continúa. La alcantarilla vibra, hace ruido y sigue representando un riesgo para automovilistas y peatones, a pesar de que oficialmente ya fue “arreglada”.
¡Una barridita! montones de escombro adornan calles de Nanchital