El presunto daño patrimonial superior a los 2 mil millones de pesos detectado por el Órgano de Fiscalización Superior (ORFIS) en la Cuenta Pública 2024, encendió las alarmas en la oposición que asegura el discurso de honestidad de la “transformación” se tambalea y revive las viejas prácticas que Veracruz juró dejar atrás.
De acuerdo con el ORFIS, el último año de Cuitláhuac García Jiménez dejó un legado de obras millonarias con poca transparencia y empresas contratistas bajo sospecha, por ejemplo el estadio Luis “Pirata” Fuente, que registró un presunto daño patrimonial superior a los 160 millones de pesos.
El diputado federal por Movimiento Ciudadano, Sergio Gil Rullán aseguró que lo revelado por el ORFIS sólo confirma lo que se venía denunciando desde hace años, un manejo opaco del presupuesto y un gobierno más preocupado por el maquillaje político que por rendir cuentas. El legislador comparó el estilo de Cuitláhuac con el de Javier Duarte al señalar que ambos usaron la retórica del cambio para encubrir el mismo patrón de corrupción.
Por su parte el dirigente estatal del Partido Revolucionario Institucional (PRI) Adolfo Ramírez Arana, advirtió que Veracruz vive uno de sus peores momentos. Dijo que el actual gobierno carece de rumbo, preparación y resultados y que la popularidad de Rocío Nahle se desploma ante la falta de resultados visibles.
Para la oposición los números del ORFIS no dejan espacio para la duda: la corrupción no desapareció con el nuevo de gobierno, sólo cambió de rostro y de discurso. Veracruz aseguran, vive una vez más el ciclo del dinero desviado, las obras sin sentido y la impunidad disfrazada de transformación.
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