Dicen, que en el mar la vida es más sabrosa... y hablando de mar, es tiempo de ir hasta Playas de Rosarito.

Porque sabroso está el chisme con Araceli Brown Figueredo, la ex gobernante guinda, que pasó de alcaldesa a diputada federal por Morena, ahora está en la mira del gabacho, por presuntos vínculos con el crimen organizado.

Dicen que no solo gobernaban, sino que, durante su mandato, administraban la caja chica de un grupo criminal, pusieron a sus cuates en puestos clave, recaudaban la tanda de la extorsión y hasta usaban a la policía como guarura, todo muy institucional, para evitar las sospechas.

Y aquí la pregunta, que huele más que el mar contaminado en la costa de la Baja, ¿Cómo un gobierno guinda termina tan podrido como lo que pregonan erradicar? ¿De verdad nadie sabía nada o todos sabían y les valió? Porque la impunidad no se improvisa, se organiza.

Y como si la historia no tuviese para sorprender más, la mañana del viernes 19 de septiembre, el Facebook oficial de Brown Figueredo estaba dado de bajada, buen pues, dado de baja.

Como arte de magia, el nombre de una de las personas con más búsquedas en el feis en las últimas horas, desapareció, como las cuentas congeladas por parte de Estados Unidos, su cuenta en la red, también fue bloqueada, ¿pero cuál fue su respuesta? Los bots, los malditos bots.

Al final, y ya que estamos en las playas del bello Rosarito, algunos gobiernos son como barcos a la deriva, no importa quién o cómo los maneje, tarde o temprano terminan naufragando y arrastran todo lo que tienen alrededor.

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