Veracruz, con su larga y rica historia, es hogar también de un sin fin de leyendas. Una de ellas es la del Hospital Radioactivo, ubicado cerca del Centro Histórico. Muchos pasan día a día junto a este edificio abandonado como cualquier otro, sin sospechar el peligro que podría esconder tras su fachada.
Historia del Hospital Radiactivo de Veracruz
Ubicado sobre la calle Bravo, entre Francisco Canal y Hernán Cortés, muy cerca de una plaza comercial, este lugar pasa desapercibido. Aquello que hoy día luce derruido, en su día fue en realidad un lujoso hospital privado.
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Según cuenta la leyenda, este nosocomio operó hace varias décadas y se caracterizaba por la modernidad de sus equipos. Se dice que, en aquel entonces, era el único en toda la ciudad que contaba con un “pulmón de acero”, indispensable para paciente con dificultades respiratorias.
Sin embargo, este afán por siempre contar con la última tecnología es lo que llevaría inadvertidamente al sitio a su perdición.
¿Por qué se le conoce cómo el "Hopistal radiactivo de Veracruz"?
Un día, el dueño decidió importar desde Francia un dispositivo conocido como “bomba de cobalto”. Esta máquina de teleterapia se utilizaba para tratar a pacientes con cáncer irradiando isótopos radiactivos cobalto-60.
Sin embargo, debido a una falta de capacitación, el personal hizo mal uso del aparato. Este error resultaría fatal. La radiación comenzó filtrarse y expandirse por el resto del edificio, envenenando tanto a pacientes como a trabajadores.
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Tras comprobarse el peligro que suponía la fuga, se decidió clausurar el hospital de forma inmediata. El lugar quedó abandonado y se desconoce cuál fue el destino del dueño.
Actualmente aquella bóveda “radiactiva” prevalece en el centro de Veracruz y aunque se desconoce si realmente supone un riesgo en hoy en día, permanece como testigo de la oscura sombra que esconde esta ciudad.













