Si no tienes un gato, quizás quieras adoptar alguno luego de saber que estos felinos ayudan a reducir el estrés y la ansiedad; y si ya tienes uno, pues cuídalo y valóralo.
La doctora Claudia Edwards, profesora de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia de la UNAM, señala que la terapia asistida con gatos ofrece beneficios que van desde la estimulación motora y alivio del estrés hasta el apoyo en procesos emocionales y cognitivos.
La cultura japonesa influye en que los gatos tengan un papel relevante como animales de asistencia. Japón ha tenido una relación estrecha con los gatos y, lejos de considerarlos como solo animales de compañía, los valora como símbolos de buena suerte, prosperidad y protección contra los malos espíritus.
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La doctora Edwards comentó que “tenemos este mito de que los gatos son huraños, que no pueden socializar y que lo único que hacen es morder, huir y arañarte. Pero la verdad es que, bien socializados, los gatos pueden facilitar distintas terapias, por ejemplo, para personas con discapacidad motora o niños con autismo. También sirven como compañía, especialmente en asilos, y algunos terapeutas los emplean para facilitar el desarrollo del habla en niños con problemas de lenguaje”.
Se refiere que, una investigación realizada por científicos de la Universidad Estatal de Washington realizaron un experimento con jóvenes universitarios que consistía en acariciar perros y gatos de asistencia.
El resultado fue una disminución significativa de los nivele de cortisol, la hormona asociada al estrés. Por ello, destacan que esta terapia podría ser especialmente beneficiosa para las personas que enfrentan ansiedad, depresión y otros trastornos de salud mental, pues mejora el estado de ánimo.
¿Todos los gatos pueden ser terapéuticos?
Señalan que para que un gato pueda desempeñar funciones terapéuticas, es crucial que sea adaptado antes de nacer.
Aunque en la etapa adulta algunos pueden ser entrenados, la tolerancia al contacto humano se relaciona con procesos que deben iniciarse desde que el felino está en el vientre materno.
Claudia Edwards señala que esto se debe a que los gatos tienen en su piel células de Merkel, que los hacen hasta 25 veces más sensibles al tacto que los humanos.
“Estas células son muy sensibles, y es necesario trabajar desde el embarazo de la madre para que los gatitos toleren el contacto. Eso explica por qué algunos gatos disfrutan ser acariciados, mientras que otros prefieren evitar el contacto. Por ello, no todos los gatos pueden ser utilizados como animales de asistencia”, abundó.
También se deben tomar en cuenta la sensibilidad, la personalidad y temperamento del gato, pues no todos poseen disposición sociable adecuada para entornos terapéuticos.
¿Cómo beneficia al humano el ronroneo del gato?
Además de la compañía, los gatos emiten un sonido particular, que es el ronroneo, que tiene efectos positivos en la salud humana. Se ha comprobado que la vibración que genera al ronronear genera una sensación de calma y bienestar.
El Hospital Veterinario de Rutherford señala que el ronroneo de un gato puede beneficiar el sistema cardiovascular; reduce la presión arterial, lo que reduce el riesgo de sufrir ataques cardiacos y accidentes cerebrovasculares.
Claudia Edwards comenta que el ronroneo también puede favorecer la curación ósea, y trabajos de investigación resaltan que puede disminuir la inflación y mejorar la movilidad articular.
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