En el cruce de la calle Guerrero con el bulevar Lázaro Cárdenas, en Nanchital, sobrevive una alcantarilla que ya está haciendo residencia en el vecindario.
Como se observa en las imágenes, no sólo está rota, sino también hundida y oculta entre llantas viejas que evitan que algún conductor caiga en sus garras.
Según los vecinos, el problema tiene varios años; la única variación es el tamaño de los neumáticos que le ponen para señalizar. Así que, urgentemente, le hacen un llamado a la alcaldesa Esmeralda Mora Zamudio, para que la jubile dignamente lo más pronto posible.
Autoridades se ponen las pilas en Minatitlán y adornan las calles con ramas secas












