La tala clandestina y los incendios han provocado que la deforestación en el Parque nacional Cofre de Perote y el Pico de Orizaba incremente en los últimos años.
Cifras de la Comisión Nacional Forestal indican que de 2001 al 2018 fueron eliminadas 239 mil 768 hectáreas de vegetación forestal, equivalentes a 13 mil 320 hectáreas por año, por lo que las principales zonas críticas en la entidad se encuentran en la región huasteca colindante con Hidalgo y San Luis Potosí, así como en el sur, en municipios como Jesús Carranza, Minatitlán, Uxpanapa y Las Choapas.
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De ellas, el 80 por ciento cambió de tierras forestales a praderas, el 19 por ciento a tierra agrícola y el uno por ciento fue utilizado par asentamientos humanos. Ante este panorama, Héctor Narave Flores, académico de la Universidad Veracruzana, mencionó que factores como el corte ilegal de árboles en ambas ubicaciones agrava su disminución forestal.
“En el caso del Cofre de Perote estamos hablando que sólo mantienen alrededor del 50 por ciento de su vegetación, es decir, el otro 50 por ciento de la vegetación ya se ha extraído, ya se ha extraído desde hace tiempo, desde hace años”, dijo.

Apuntó que en el Pico de Orizaba se ha intensificado la deforestación en los últimos seis años y queda el 70 por ciento de área verde. En este sentido criticaron que no existe vigilancia en los bosques para el resguardo de la madera; “prácticamente es un robo lo que se está haciendo, la tala ilegal. Está llegando gente extraña y está extrayendo la madera”.
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En ese sentido hacen un llamado a las autoridades para mantener la vigilancia sobre las zonas forestales de ambos puntos de la orografía veracruzana.
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