Regresa, regresa el futbol profesional al puerto... ya todo está listo, el ex gobernador dicharachero lo prometió y dijo que traería de nuevo al balompié a Veracruz.

Pero espere, como dice Jack el destripador, vamos por partes. Fue en el lejano 2022 cuando Cuitláhuac García hizo la promesa y para ello dispuso una insignificante cantidad cercana a los 400 mil pesos para remodelar el estadio Luis “Pirata” Fuente, aunque la cuenta le salió mal y se convirtieron en más de mil 600 millones.

Casi tres años después quedó la remodelación, el elefante blanco se irguió de sus cenizas... perdón, ese es el ave fénix, bueno quedó casi la mitad de la construcción y qué construcción, porque desde algunas gradas no se ve más que la pared.

Pero no todo es malo, ya está remodelado el estadio, bueno, casi, incompleto, pero ahí lo tiene adornando el fraccionamiento Virginia de Boca del Río.

En su momento, la gobernadora Rocío Nahle comentó: “sí hay una falla de diseño. No, no se va a tirar, yo les dije que en ingeniería todo se puede.”

Ahora el mesías que devolvería el juego más bonito del planeta decidió que tener futbol en Veracruz debería ser una responsabilidad compartida y por sus pantalones entregó la administración del estadio en comodato a la familia Vives, encabezada por Carlos; su hermano René y su padre René Roberto, ¿Cómo lo hizo?, ¿Cómo logró que esta familia tan prominente se hiciera cargo del funcionamiento del elefante blanco?, nadie sabe, nadie supo.

Pero ni tarde ni perezosa llegó la heroína ingeniera que revisaría ese comodato.

Rocío Nahle, gobernadora de Veracruz dijo: “a ver qué van a hacer, ellos tienen la concesión, con eso de que la Liga Mexicana de Fútbol, o como se llame, no les dio permiso a nadie de los que solicitaron, a ningún estado, entonces saber qué sigue, que es lo que va a hacer la concesión”.

Luego se arrepintió y dijo que vería cómo funcionaba. La gobernadora de Veracruz agregó: “él tiene la concesión, se le otorgó en el sexenio anterior y pues es pedirle que trabaje, este las condiciones, queremos el estadio para el fútbol”.

Ni equipo, con un estadio que parece Frankestein y todavía un daño patrimonial de 160 millones de pesos, vaya herencia maldita la que dejó don Cuitláhuac García a los veracruzanos, pero tranquis, que los ingenieros resuelven todo eh.

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