¡Cuidado! En estos lugares se podría contagiar tu hijo de coxsackie: señales de alerta

El virus boca, mano, pie es más común en niños. Descubre los lugares donde se propaga y cómo actuar ante el coxsackie.

En estos lugares es más proclive que tu hijo contraiga el virus de coxsackie
En estos lugares es más proclive que tu hijo contraiga el virus de coxsackie|Crédito: Inteligencia Artificial | Chat GPT - Secretaría de Salud de Michoacán
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Parece una simple gripe, incluso puede confundirse con una molestia pasajera, pero si en casa hay un niño pequeño y frecuenta espacios donde el contacto físico y el intercambio de objetos es constante, conviene estar atentos. El virus de coxsackie —conocido popularmente como “boca, mano, pie”— es más común de lo que se cree y se transmite con sorprendente facilidad.

Aunque suele resolverse sin complicaciones, este virus representa una preocupación particular en entornos escolares. Lo que inicia con fiebre puede, en cuestión de días, convertirse en una serie de ampollas dolorosas en la boca, las palmas y las plantas de los pies. Por eso es importante estar pendiente a las señales de alerte.

¿Dónde se contagia con mayor frecuencia el coxsackie?

No se trata de señalar culpables, pero hay contextos que facilitan el brote. Las instituciones educativas de nivel inicial, como las estancias infantiles o preescolares, son espacios donde el virus circula con más frecuencia. También se han detectado contagios en parques, ludotecas y colonias vacacionales.

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En estos sitios el contacto entre niños es continuo. Se prestan juguetes, comparten mesas, abrazos, estornudos y, sin saberlo, se transmiten el virus. El coxsackie puede sobrevivir durante días en superficies como plástico, tela o madera. Una mano sin lavar después de ir al baño puede bastar para poner en marcha el ciclo de transmisión.

Síntomas del coxsackie: ¿Cómo detectarlo?

Hay niños que cursan la enfermedad sin mostrar signos. Pero en otros, la manifestación es clara. Fiebre súbita, llanto sin motivo aparente, pérdida de apetito o manchas rojizas en extremidades pueden ser los primeros indicios.

  • Conforme avanza, también pueden aparecer:
  • Úlceras en la boca (incluso en encías o garganta)
  • Ampollas en manos y pies, a veces en nalgas
  • Dolor de garganta
  • Malestar general

En casos aislados, el virus ha derivado en infecciones más delicadas, como meningitis viral o afectaciones cardíacas. Pero esto no es lo común. La mayoría de los niños se recupera en casa, con cuidados básicos.

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¿Qué hacer si hay sospecha de contagio?

La recomendación es, ante todo, no automedicar. Como se trata de una infección viral, los antibióticos no funcionan. Lo más importante es el acompañamiento. Dar líquidos, mantener al niño en reposo y ofrecer alimentos suaves si hay molestias para tragar. Analgésicos comunes —siempre con aprobación de un médico— pueden aliviar los síntomas.

No es necesario correr al hospital ante el primer síntoma, pero sí es importante observar. Si la fiebre no cede tras dos o tres días, si hay vómitos, dificultad para respirar o el niño luce decaído de forma inusual, es momento de acudir al médico.

¿Se puede prevenir coxsackie?

No existe una vacuna contra el coxsackie, tampoco hay un tratamiento específico. Pero sí hay formas de disminuir el riesgo. Todo empieza con algo tan simple como el lavado de manos. También es recomendable limpiar con frecuencia los objetos de uso compartido: cubiertos, juguetes, cambiadores o mesas. La higiene en casa y en la escuela hace la diferencia.

Además, si un menor presenta síntomas, debe permanecer en casa hasta su recuperación. De lo contrario, el brote puede escalar.

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