En Veracruz, al menos 119 basureros a cielo abierto siguen operando sin control, ni medidas de mitigación ambiental, de acuerdo con la Procuraduría Estatal de Protección al Medio Ambiente (PMA).
Esta cifra refleja la magnitud de una crisis ecológica que continúa afectando a comunidades enteras, especialmente en el sur del estado.
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En municipios como Coatzacoalcos, habitantes señalan que los tiraderos de basura representan una amenaza directa para los afluentes y el medio ambiente. En Villa Allende, los residuos del basurero municipal se filtran hacia la laguna y los arroyos cercanos provocando contaminación visible, mortandad de peces y un deterioro acelerado de la flora y fauna.
Pese a los compromisos de la gobernadora Rocío Nahle García en materia de saneamiento y control ecológico, el problema de los desechos sólidos se mantiene sin solución. El proyecto del relleno sanitario regional sigue sin establecerse, lo que ha generado preocupación entre los pobladores ya que los municipios continúan utilizando tiraderos improvisados.
En el caso de Minatitlán, los residuos domésticos todavía se depositan en el basurero de Las Matas, considerado uno de los focos más graves de contaminación en el sur de Veracruz.
La población exige acciones transparentes al gobierno de Rocío Nahle y se resuelvan los problemas ambientales para evitar que sigan los daños y se viva en un entorno sin riesgo también para la salud.
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